lunes, 20 de diciembre de 2010

Puedo ver. - Capitulo Primero

Bueno, esto es la primera parte y la introduccion de algo que espero que tenga futuro.


Desde niño siempre temí mucho a la oscuridad, me sentía observado, perseguido, atrapado, parece que mis miedos siempre estuvieron bien fundamentados.

Esta es mi historia, la historia de un joven, que emprendió un camino por las tinieblas, tan solo por el bien de los demás.

Todo comenzó cuando tenía 16 años, según supe más tarde, la muerte de muchos de mis familiares en un periodo de tiempo corto me puso en un continuo contacto con la muerte, y muchas veces en un constante intento por hablar con ellos, mi abuela, mi abuelo, mi prima, todos estaban del otro lado, y tenía la necesidad de despedirme de todos ellos.

Cuando simplemente creí que había superado sus muertes mi vista comenzó a jugarme de forma muy extraña.

Fue una noche Abril, aproximadamente entre el 24 y 27, estaba frente a la computadora, como para variar, la casa estaba sola y oscura, mi madre y hermano habían salido, y por lo tanto estaba solo, pero eso no me molestaba en lo más mínimo, las horas pasaban y se hacían más de las dos, mi vista se cansaba y mis ojos parpadeaban continuamente, entre el abrir y cerrar de mis ojos escuche un ruido tras de mí, giré y pude ver una sombra con forma humana y trasparente, parecía observarme, quedé petrificado, volví a parpadear, y desapareció.

Las noches que le siguieron a esa fueron interminables y no podía conciliar el sueño, no quería hablarlo con mi madre porque temía que me tome por loco, finalmente comenté lo sucedido y sin pensarlo ella me dijo que ya sabía con quien debía hablar.

Al día siguiente me presento a Irene, una anciana que decía realizar magia blanca, mi madre me dejo con ella y se marcho rápidamente porque tenía trabajo que hacer.

Conté a la anciana todo lo sucedido y me respondió: “tu abuela fue médium, tu estas muy cerca de serlo, y tu madre se fue con apuros porque tiene miedo de volver a ver con claridad entre la vida y la muerte”

Quede totalmente petrificado ante esa respuesta, primero pensé que la anciana estaba completamente loca, pero después reparé sobre lo sucedido, y lo que yo veía no tenia respuesta lógica, entonces, “¿quién era el loco?”

Antes de que pueda responderle algo, la anciana me dijo que tenía dos opciones para ofrecerme, seguir el camino de mi madre, escapando siempre de los problemas, y temiendo a lo desconocido, o enfrentar mis miedos, y así no volver a caminar con miedo en la oscuridad.

Mi mente se colapsó de dudas, seguía mudo ante la anciana que seguía hablando.

Si aprendes a controlar tus poderes, no solo perderás el miedo a lo que ves, sino que también podrás hablar con estos espíritus, pedirles u obligarlos a que se vallan de donde tu estas, podrás ver lo que sucedió donde estas parado hace años, e incluso tendrás la posibilidad de hablar con personas y seres queridos que hayan muerto.

Esas últimas palabras, “tendrás la posibilidad de hablar con personas y seres queridos que hayan muerto” fueron las que me obligaron a seguir, siempre había soñado con despedirme realmente de mis seres queridos, y de esta forma las puertas para lograrlo se presentaban frente a mí.

“Acepto, me enfrentaré mis miedos” respondí

La anciana sonrió y me dijo que no le tendría que pagar jamás con dinero, que hacía tiempo que buscaba un aprendiz con tal determinación, y con tal poder espiritual.

El entrenamiento comenzó al día siguiente, la anciana me dio una larga explicación de lo que es el aura humana, la energía espiritual que emana el cuerpo constantemente, la única forma de conocer realmente la personalidad de las personas, y de ver atreves de la mentira.

Dijo que para poder ver el aura debía sacarle el polvo a mis ojos, los humanos nacen con la capacidad del ver el aura, pero esta se atrofia por no ser nunca utilizada.

La anciana Irene me dio ejercicios para poder ver dicha aura, juntar mis manos, concentrarme quedar totalmente quieto y mirar un solo punto dentro de mis manos. Luego de unas horas con descansos pude comenzar a observar un pequeño resplandor alrededor de mis manos, Irene sonreía y se alegraba de mi progreso.

Esa noche no fue difícil dormir, el ejercicio me había dejado exhausto.

Al día siguiente no fui a la casa de Irene, no podía dejar de lado al colegio, aunque mi fuerte nunca fue ser aplicado, si descuidaba de nuevo mis responsabilidades volvería a repetir el año escolar.

Fue un día más en la escuela, las clases me aburrían porque ya sabía el contenido, perdido en las explicaciones de la profesora de química centré mi mirada en un punto y comencé a ver el aura de la profesora, era débil, pero muy clara, un aura que se contraponía totalmente a la personalidad que ella demostraba.

Luego de eso intente observar el aura de mis compañeros, descubrí que eran más básicos de lo que yo pensaba, y por sobre todas las cosas la envidia predominaba, mi compañero de banco parecía muy calmado, un aura dorada, que llamaba totalmente mi atención, me daba la pauta de una persona completamente fiel, sin grandes aspiraciones, pero totalmente sincera. Tal vez por esa razón comencé a apreciar un poco más lo que realmente importaba, la apariencia, los estilos, cosas tan absurdas como la “popularidad”, eran simplemente tonterías del mundo superficial.

Sin embargo aún no confiaba en nadie mis secretos, mis cualidades asustarían a cualquiera. Me sentía totalmente solo, mi hermano continuamente explicaba todo de forma científica, “un minuto en mis zapatos abriría tu cabeza en miles de pedazos”, era lo único que respondía a sus criticas.

Mi madre escapaba continuamente al tema, y bueno, mi padre brillaba por su ausencia.

Totalmente desolado comencé a buscar respuestas por internet, miles de historias falsas, personas que vendían milagros como si los sentimientos de la gente no importasen. Así que finalmente solo podía malgastar mi tiempo en juegos que me daban un recreo de la realidad.

Entre tanta basura encontré una chica, que contaba una historia que parecía real, sus palabras concordaban con la realidad que Irene me había contado de los espíritus, las extrañas formas de comportares y como reaccionaban frente al contacto con los de este mundo. Sin dudarlo agregue a esta chica "Yael" a mi chat, comencé con una charla simple, básico “hola, ¿como estas?” poco a poco fui tirando el tema sobre la mesa, finalmente ella pregunto “¿crees en los espíritus?” a lo que respondí “yo solo creo en lo que veo, por eso no creo en dios y creo totalmente en ellos”.

Le conté mi historia sin obviar nada, e increíblemente me creyó, comprendió mi soledad y mi dolor, como si ella hubiese pasado por lo mismo, hasta ese momento yo pensaba que solo se podía comprender el dolor de otros si sentíamos el mismo dolor dentro nuestro, pero esta chica tiraba mi teoría abajo. Y me daba cuenta de que era mi refugio, y pronto se convirtió a quien recurría cuando escuchaba voces, ruidos, o simplemente veía algo que me atemorizaba.

Con el pasar de los días, luego de entrenar con Irene, mis habilidades fueron mejorando, esto parecía bueno, veía el aura de las personas sin esforzarme, pero traía sus consecuencias, las sombras cada vez tenían mas forma humana, y las voces no tenían distorsión alguna.

Cuando le conté esto a Yael ella me contó de algo que le había sucedido.
Hacia meses que había visto una sombra en su colegio, que luego de aparecer a la distancia se le presentó de frente, y con el pasar de los meses dijo haberla visto de nuevo por la ventana de su casa. Irene me había contado que eso sucedía con almas en pena, que por estar atados a este mundo no podían ir al mundo terrenal, y que eran muy susceptibles al contacto con los seres vivos, por esta razón una vez que se presentan siguen persiguiendo y molestando a quien invadió su terreno.

Le dije a Yael que se tranquilizara, que yo podría ayudarla a que no vuelva a suceder, entonces comencé a buscar alguna forma en los libros que Irene me había dado.

Luego de leer durante horas, en libros sin índice y escritos a mano, encontré una forma, decía que si un médium canalizaba en una piedra preciosa su energía esta podría ahuyentar a los espectros, también decía que esta piedra debía no debía ser grande, y debía estar guardada en una caja, ya que el contacto con más de una persona ensuciaría la energía. Busque en un viejo cajón que mi abuela tenía una pequeña piedra de cuarzo rosado, luego de encontrarla construí una pequeña caja de madera.

Al día siguiente fui con Irene, para que me ayude a canalizar mi energía en la piedra preciosa, ella trazo un circulo con una tiza blanca en una mesa de piedra, en los bordes puso palabras en latín, y me dijo que ponga mis manos dentro del circulo, pensando a quien quería proteger y canalizando mis energías en la piedra, así durante dos horas. Luego, al finalizar, me dijo que meta la piedra en la caja rápidamente, para que esta no se mezcle con su energía. Lo único que debía hacer ahora era entregarle la piedra a Yael.

Le pregunte cuando podía verme, y me dijo que cualquier día, pero que antes debía hablarlo con su novio. Luego me pregunto si podía contarle a su novio acerca de mis dones, me decía que a él le encantaban las historias de terror. Poco a poco comencé a pensar que ella tomaba esto como un simple juego.

Finalmente acordamos el lugar, el día, la hora y que iría con su novio.

Llegue un poco antes de la hora que habíamos acordado, me senté y espere por ella, escribí rápidamente una nota diciendo que no me sentía a gusto con el lugar, dejé la caja sobre la mesa y me fui, no podía dejar mis secretos en manos de otra persona, una vez más quedaba totalmente solo.

No tenía a nadie que pudiese comprenderme o por lo menos a nadie vivo, fui al patio trasero de mi casa, me senté en la oscuridad, y comencé a concentrar mi poder espiritual, veía como se acercaban a mí, y ya no tenía miedo, a mi alrededor cinco se reunieron, y hablé con ellos con total tranquilidad, pedí que me cuenten su vida, y porque estaban en este mundo, todos tenían una historia terriblemente triste, y ninguno podía descansar en paz por cosas simples, pero que nadie podía hacer por ellos.

Necesitaba despejar y mejorar mis cualidades, y ellos necesitan descansar en paz, ahí vi que no eran los vivos lo que necesitaban mi ayuda, sino los muertos.

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