lunes, 7 de marzo de 2011

Carta de un corazón roto.

Carta de un corazón roto.

Aquí estoy en mis agonías, mis últimos momentos de vida, después de haber vivido como un rey, morir como un perro es lo que me queda.

Fue una vida preciosa, pero ahora es un recuerdo lejano que hiere como la daga más filosa. Tan solo si hubiese escuchado a mis sentidos, si hubiese apartado mi corazón un momento de mis ojos, tal vez la muerte hubiese sido rápida y sin dolor.

Pero aquí estoy, y como un cáncer tu traición avanza por mis venas, sin poder ser detenida.

Fui un niño ingenuo que creyó en el amor sin conocerlo realmente. Que a falta del sentimiento confundió el cariño y la amistad. Que a falta de calor busco tus labios.

Querida déjame decirte que yo mentí primero, porque dije amarte sin pensar y cuando realmente me enamore no tenia palabras para describir lo que sentía.

Te di el cielo y la tierra, si tan solo me hubieses pedido más te lo hubiese dado, pero no me creíste capaz, no supe leer tus labios, y tu no supiste pronunciar la verdad.

Por eso decidiste marchar, pero no dejaste mi corazón en su lugar. Creo que ni tú sabes qué hiciste con él.

Aquí es donde muere ese niño que alguna vez dijiste amar, mataste lo único sincero en mí, la realidad escupió en mi cara y no tuve más opción que verla fijamente a los ojos.

Ya no tengo fuerzas para seguir escribiéndote, ya no tengo fuerzas para amarte.



(nose con que fin, simplemente liberar)