viernes, 1 de noviembre de 2013

Promesa de olvidar.

Quiero gritar pero me quedo en silencio.
Un llanto ahogado es mejor que un amor insondable, el vació se apodera de mi cama, y aunque pueda seguir viviendo así imagino mil veces lo que hubiese pasado de resistir un poco mas y verte en la capital, seguramente golpeada por la tormenta que se avecina, un día domingo con arboles caídos y basura por doquier, escapar del viento huracanado y encerrarnos en un cuarto de hotel para funcionarios en uno solo, no por amor, sino por los momentos compartidos, como una despedida extraordinaria, un funeral de pasión, algo que nos permita caminar por caminos separados pero que me deje con el recuerdo marcado de "yo estuve con esa maravillosa mujer".
  No queda mas remedio que ahogar con la almohada esos deseos, y fingir que no recuerdo cuando huelo su perfume en una ráfaga de aire callejera. 

 Y creer que toda esta inspiración que me posesiona es producto de la falta de sueño y no de extrañarla, porque si así fuese, estaría fallando a mi promesa de olvidar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario