Y una vez mas se presentó ella, la mas hermosa de todas mis musas, la de mi soledad, la de los lamentos y llantos ahogados, la del miedo y el olvido, la única que para inspirarme genera ese agujero negro en medio de mi pecho, la única que puede consumir mi existencia en meros segundos.
Y la única que me permite escribir versos con mi sangre.
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